Autopublicar vs. editorial tradicional: pros y contras

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De según qué planes tengas, todo depende.

La pregunta que más me hacen sobre la publicación de mi primera novela Amor a primera viña es por qué he decidido autopublicar en vez de presentar mi manuscrito a una (o miles) editoriales tradicionales.

No es que me haya vuelto loca (porque ya lo estaba), es que todo forma parte de un plan.

Hay gente que escribe, literalmente, por amor al arte. En serio, solo esperan vender algo y ya está. Solo aspiran a sentir la satisfacción de publicar libros en editoriales porque eso da sensación de «ser buena escritora», pero sin más pretensiones.

La excusa que ponen cuando no generan beneficios estando en una editorial es que no se puede vivir de escribir.

Déjame que te cuente la historia de María.

María es escritora y no sabe qué es autopublicar

Lleva tres, cuatro, cinco años escribiendo en su tiempo libre.

Al principio empezó como un entretenimiento, una actividad inocente que le gustaba practicar en las tardes de lluvia.

Pero entonces, María dejó que otras personas leyeran sus escritos y algunos de aquellos lectores le abrieron los ojos: «¿Sabes que esto es tan bueno que podrías publicarlo?».

María es humana y tras recibir buenas críticas se viene arriba (María somos todas).

Así que decide enviar a varias editoriales tradicionales su manuscrito. Pero solo el último, «los demás no, qué vergüenza, son de hace mucho tiempo», y da la casualidad de que recibe una respuesta positiva: una de las editoriales está interesada en publicarle.

María flipa pepinillos.

Se siente la reina del mambo, firma un contrato que no ha entendido a pesar de haberlo leído treinta veces, compra una botella de champagne del bueno con el que se ducha esa misma noche y le dice a todo el mundo que le va a publicar una editorial increíble que le va a dar de comer el resto de su vida.

María se imagina su libro llevado a la gran pantalla y a su prota interpretado por DiCaprio. Y a DiCaprio brindando por ello, claro, como el del meme.

Lo que desconoce María es que las editoriales no son lo que eran y la autopublicación tampoco. Incluso hay Marías que no conocen qué es eso de autopublicar.

Yo pude ser María, si no hubiera dado con la formación de Rachel Bels donde oí por primera vez la palabra autopublicar.

Por qué decidí lanzarme a autopublicar

Cuando tuve que decidir qué estudiar, para dónde tirar una vez terminada la ESO, (recordemos que salimos de la ESO sin saber una mierda de la vida pensando que lo sabemos todo de ésta) me di cuenta de que yo no servía para eso.

Durante muchos años he estado poniéndome la etiqueta de mala estudiante, porque todo lo que intentaba cursar no lo terminaba.

Me dijeron muchas veces que era «vaga». Tantas, que se quedó como un eco en mi interior: nunca conseguiría nada porque yo no quería estudiar.

¿Cantar? De eso no se vive. ¿Escribir? De eso no se vive. ¿Bailar? De eso no se vive.

Vamos, que todo lo que podía elegir por pasión me llevaría a una muerte prematura en la calle, rodeada de inmundicia, pobreza y, probablemente, sufriendo adicciones varias.

Pues bien, gracias a las formaciones derribé la primera creencia limitante: no era vaga, me estaba encabezonando en meterme en trabajos y estudios que no eran lo mío. Simple y llanamente.

Hace dos años derribé la segunda creencia limitante descubriendo que podía vivir de escribir, aunque necesitara hacer un sobreesfuerzo como el que llevo haciendo dos años y me metí de cabeza.

¡Oh, sorpresa! Ya no soy mala estudiante ni odio mi trabajo. ¿Magia? No, no se llama «magia », se llama «andar por el camino correcto».

Y como mi objetivo es conseguir vivir de escribir, por eso decidí autopublicar. Te explico por qué.

Publica por editorial tradicional si…

No quieres correr con los gastos que supone la publicación de un libro.

Cuando una editorial apuesta por tu manuscrito, tú no has de poner capital, eso es así. Pero, ¿qué ocurre en contraposición? Que tampoco quieras poner la mano para cobrar.

El porcentaje que te llevas de cada venta es ínfimo comparado con la autopublicación, sobre todo si no eres Elísabet Benavent y eres María NoMe ConoceNadie. Digamos que cuando tienes un público como lo tiene Beta Coqueta, seguro que te sale a cuenta el adelanto que te dan y el porcentaje por ventas, pero… no somos ella.

Tienes baja tolerancia a la orquestación.

Verás, autopublicar es como entrar en Arckham cuando Batman ha terminado de hacer limpiezas en las calles de Gotham: te vuelves majara perdida.

Debes cuadrar fechas entre, al menos, tres profesionales diferentes y rezar para que todos cumplan y te funcionen. No suele pasar, por lo que me han contando. Por eso, si no tienes ganas, tiempo, fuerzas para organizar a varias personas, mejor la editorial tradicional, que se encargarán ellos de todo.

Te prima más estar en Fnac, El Corte Inglés o Casa del Libro que vivir de escribir.

Hay personas que basan su decisión en que al menos, estarán expuestas en una mesa de novedades entre Jane Austen y Alice Kellen. Muy lícito.

Poder sacar una foto de la estantería con tu libro junto a las más grandes anímicamente mola mucho, pero a la larga, ¿qué libro crees que va a coger una lectora? ¿El de María NoMe ConoceNadie o el de la Kellen?

Así que llegamos al peliagudo tema del marketing para escritoras. O te das a conocer tú misma y te promocionas de las mil maneras posibles o las editoriales tradicionales no se van a encargar de hacerlo por ti.

¿Porque son el demonio? Para nada: porque tienen otros autores y autoras más conocidos que María NoMe ConoceNadie y se centran en ellos a la hora de publicitarlos. Recordemos que las editoriales son negocios con ánimo de lucro, no ONG’s que están aquí para hacer realidad tu sueño.

Eres capaz de ceñirte a fechas.

Efectivamente, las editoriales tradicionales tienen calendarios y estrategias cerradas con mucha antelación. Es decir, que si mañana llama Planeta a tu puerta para decirte que se quedan con tu manuscrito debes tener claras varias cosas:

1. No te van a publicar cuando tú quieras. Quizás tarden un par de años en sacar tu manuscrito del cajón, porque será cuando les cuadrará a ellos.

2. Hay editoriales que respetan mucho los gustos de las autoras, pero las hay que no. Piensa que entregas tu bebé a alguien para que haga con él lo que quiera. Quizás editan el texto y puede no gustarte. Cabe la posibilidad de que no te tengan en cuenta para diseñar la cubierta. Repito, no siempre es así, pero sucede.

3. Si les gustas y esperan más historias de ti, tendrás que dárselas a medida que te las van pidiendo, dentro de una fecha en concreto que les irá bien a ellos, pero no siempre a ti. O sí. ¿Sabes trabajar bajo presión?

Autopublícate si…

Quieres tomar todas las decisiones sobre tu obra.

Evidentemente, esto pasa también por pagar con antelación los gastos que suponga, pero decidir para bien y para mal, cada uno de los aspectos de tu novela es lo más maravilloso que he hecho en mucho tiempo… y lo más frustrante, también, aviso a navegantes.

Lidiar con «profesionales» que no se toman tu proyecto de la misma forma que lo haces tú, puede causarte más de una úlcera. Pero tras todos los tropiezos a los que me he enfrentado yo, sigo prefiriendo decidir hasta la última coma de mis libros. De momento.

Eso sí, si es tu primera vez, te recomiendo que lo hagas acompañada por alguien que ya sepa de qué va todo el proceso, porque sin guía, es la locura máxima.

Quieres ganar más de un euro por libro vendido.

Sí, estamos de acuerdo en que las ventas, por estadística serán más altas que si te autopublicas, porque estarás en grandes almacenes. ¿Pero cuántos libros debes vender en Fnac para ganar lo que ganarás vendiendo un libro autopublicado?

Quieres controlar las ventas.

Tanto si tienes tu web con venta al público como si vendes por DM en Instagram y, sobre todo, si subes tu libro a Amazon, tienes control total de lo que has vendido. ¿Qué ocurre con las editoriales? Que no tienen tiempo de irte informando de todos estos números y vives un poco en la inopia.

Si eres hippie de corazón, lo llevarás bien, pero a mí me gusta saber cómo funcionan mis negocios (aunque suene como El Padrino).

Libertad de publicación.

Como he comentado en el apartado de editorial tradicional, debes cumplir plazos que te marcan otras personas. En el caso de la autopublicación, publicarás a tu ritmo, según tu criterio y productividad.

Distribución entretenida, pero muy satisfactoria.

No te voy a engañar, soy una tierna de corazón de cuidado.

Mi ilusión sobre todas las cosas era sacar un libro, y la segunda era enviarlo firmado de mi puño y letra con regalitos.

Alguien me dijo que podías pedirle a la editorial copias para hacer esto, pero entonces ya no es lo mismo, porque solo te lo piden tus conocidos y la satisfacción real ha sido recibir los correos en la web de «¡Enhorabuena! ¡Tienes un nuevo pedido!». Menudo subidón.

Mi plan: ser híbrida

¿Qué es eso de ser híbrida?

Acabar teniendo obras autopublicadas (las que te dejan más beneficio) y obras publicadas por editorial tradicional (que pueden darte más visibilidad).

¿Por qué, Bea? ¿Por qué querrías algo así después de pasarte todo el artículo despotricando sobre las editoriales?

Pues muy sencillo, porque entonces, estar en Fnac y El Corte Inglés tiene sentido, porque cuando una persona compre tu novela en Casa del Libro y le guste, aunque esa venta no vaya a sacarte de pobre, arrastrará a esa persona a leer los libros que sí te reportan beneficios, los autopublicados.

Y eso es todo lo que venía a contarte hoy, que tengo un plan y que, a pesar de no ser fácil y de que me espera un largo camino por delante, voy con paso firme.

Si te han quedado dudas existenciales al respecto y quieres profundizar más en el tema, escríbeme y hablamos. Me encanta hacer ver que sé de qué hablo.

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2 comentarios en «Autopublicar vs. editorial tradicional: pros y contras»

    • Espero que te sirvan de algo. Gracias por pasarte por aquí y dejar este mensaje. Si la gente se lo pasa bien con mis artículos, ¿qué más puedo pedir? ¡Muaks, hermosa!

      Responder

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