Reconcíliate con Instagram tras un verano de ruptura

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Retomar una relación es complicado cuando has descubierto que estás mejor sin ella. Si es lo que te ha ocurrido con Instagram, este artículo te interesa.

No sé si lo sabías, pero cuando te hablo del algoritmo de Instagram en singular es con la intención de abreviar y para que no entres en pánico. Porque si la lucha contra un algoritmo ya te toca la soberana nariz, imagina si te digo que hay tantos algoritmos como funciones tiene Instagram.

Sí, amiga, hay un algoritmo que hace de las suyas en las publicaciones del feed, otro que da por saco en los reels, otro que maneja el cotarro de las stories… No llores todavía, que esto tiene un final feliz, ya lo verás.

Cuando nos largamos de vacaciones o interrumpimos nuestra actividad en esa red —como debe ser, también te lo digo—, tienes dos opciones:

A. Dejar las publicaciones programadas para que se suban solas.
B. Volver con más fuerza para reactivar la visibilidad perdida durante tu ausencia.

¿Qué es mejor? Como siempre, depende.

Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, déjame primero que te diga de qué va todo esto.

Instagram antes de irte

Si eres de esas personas inconstantes a la hora de trabajar tus redes voy a darte la buena noticia: Instagram no se dará cuenta de que te has ido. La mala noticia es que seguirás disfrutando de la misma poca visibilidad.

No pasa nada, disfruta del verano, que para eso está.

Pero recuerda que Instagram es una de las redes de pesca más potentes para las posibles clientas potenciales de novela romántica que existe ahora mismo. Ahí es donde echas las redes de pesca de arrastre.

Ten en cuenta esta fórmula:

Ahora que ya tengo la atención de las personas que creen que Instagram no es necesario, sigamos con esta historia.

Si eres de las que sabe la importancia que tiene y ya venías gozando de una visibilidad currada durante todo el año a base de romperte el cráneo en publicaciones guays y demás, que sepas que cabe la posibilidad de que tengas que pedirle perdón a Instagram haciéndole más caso del habitual para que él te permita recuperar lo que es tuyo.

Cuando te he dicho que necesitáis alguien que os guíe en una terapia de pareja, es porque de verdad lo necesitáis.

Como te comentaba antes, puedes hacer dos cosas antes de pasar una temporada sin subir contenido de forma continua.

Puedes programar las publicaciones para que se suban solas

Es una opción. La parte buena es que Instagram no te penaliza como cuando desapareces del todo.

La parte mala es que si entras a contestar mensajes, serán días en los que no desconectarás y la idea de irse de vacaciones es tomarse un respiro de los de verdad, de los de «no sé ni en qué día vivo porque solo duermo y como». Y si no contestas mensajes es probable que pierdas algo de visibilidad. Entonces eres tú quien debe sopesar si te compensa hacer algo semejante como programar un mes entero o no.

Puedes volver pisando fuerte (como Alejandro Sanz)

Es otra opción. La parte buena es que desconectas de verdad, como la diosa que eres. No estás para nadie y te dedicas a leer y disfrutar, que para eso te hizo Zeus.

La parte mala es que pierdes visibilidad y tienes que volver a remontar a tu vuelta. Pero chica, nadie dijo que fuera fácil. Y si lo hicieron, huye, no es ahí.

Instragram a la vuelta del parón

Si decides que antes de irte no vas a darte el palizón de programar el tiempo que estarás fuera para que no te penalicen los algoritmos, tienes que tener en cuenta que también tienes dos opciones.

Volver a Instagram suavemente (como Elvis Crespo) y despacito (como Luis Fonsi)

No hay que estresarse, que eso nos quita años de vida. Sin embargo, cuanto más tardes en volver a gozar de la visibilidad que venías teniendo, más tardarás en vender, ya lo sabes. Si te está bien y es lo que quieres, no veo objeción.

Volver a Instagram con el pie en el acelerador (como Javi Cantero)

En caso de optar por esta solución, tengo algunos consejos que darte.

  • Vuelve a ilusionarte con Instagram: puede que lo que le falte a tu relación con Instagram sea la chispa del principio. Es posible que estés harta de ver los mismos colores, usar las mismas tipografías y verle siempre la misma cara.

    Pues bien, como si le llevaras a la peluquería, dale una vuelta al diseño. Puedes cambiar tu foto de perfil, que llevas tantos años con ella que parece tu hermana pequeña la que sale en ella. Cambia la paleta de colores. Vuélvete loca, haz aquello que nunca harías. ¿Quién sabe si no encuentras una imagen rompedora que nunca habrías imaginado? Somos escritoras, creatividad al poder.
  • No dejes al azar lo que vas a publicar (mi intención no era hacer un pareado): mi intención es que entiendas que improvisar te hace malgastar un montón de energía y tiempo que puedes invertir en otras cosas más interesantes. Puede que sea lo que te falta para recuperar la fe en Instagram.

    Sentarte un día y preguntarte qué objetivo tienes ese mes. ¿Vender más libros? ¿Conseguir más seguidoras? ¿Hacer más networking? Dependiendo de lo que necesites en esa etapa de tu vida emprendedora, tendrás que seguir una estrategia u otra. Y una vez sabes qué estrategia seguir, decidir el número de posts, de qué vas a hablar y cómo es pan comido. El resto del trabajo es abandonarte a la creatividad.
  • Publica más y mejor: te aconsejo que durante un par de semanas o tres aumentes el número de publicaciones semanales. Si antes de irte venías haciendo 3 a la semana, lo suyo es que en septiembre subas a 4 o 5. O más, si eres de las valientes. The sky’s the limit.
  • Motivarte con nuevas categorías: quizás la imagen de tu Instagram te gusta, no cambiarías ni un poquito tu imagen, al fin conseguiste lo que llevas años buscando, pero lo que no te motiva son los temas que tocas. Prueba, arriesga, cambia, busca otras fórmulas.

    Imaginemos que eres de las que tienen una estrategia, sabes qué vas a publicar porque ya tienes diseñado tu mapa de ruta. Los lunes, publicas una frase molona. Los miércoles una reseña nueva. Los viernes hablas de tus novelas. Pero resulta que las publicaciones de los lunes no tienen tanta repercusión como te gustaría. Quizás tu audiencia te está intentando decir algo. Es posible que no les interesen más frases, por más increíbles que sean las que encuentras. Pregunta qué sugerencias tienen, el público muchas veces tiene ideas maravillosas.
  • Explica a tu gente qué tienes en mente: ¿Vas a cambiar la imagen? Dilo. ¿Vas a modificar tu estrategia y añadir un directo a la semana para hacer networking? Dilo. Compartirlo es la mejor manera de comprometerte. Porque una vez lo dices en público, el miedo ya no podrá obligarte a echarte atrás, aunque te mueras de ganas. Yo lo llamo «motivación por vergüenza», pero funciona.
  • Invierte en marketing: da igual en qué tipo de marketing, si el orgánico o el de pago; si quieres hacerlo aprendiendo tú o pagando a un profesional para que haga el trabajo; pero invierte en marketing. Hay mucha gente ahí fuera que quiere leer tu libro, pero todavía no lo sabe. Si económicamente no es viable, apúntate a webinars gratuitos. Habrá que no te enseñen nada pero los habrá con los que aprendas algo. Todo es bienvenido. Muévete.

    Pero si lo que quieres es invertir algo para obtener una buena recompensa, lo ideal es invertir en la Mentoría para Instagram que he ideado para un perfil en concreto de escritora: aquella que quiere aprender a manejar Instagram como una profesional y así hacerlo maravillosamente bien sin necesidad de desembolsar dinero cada mes.

Mentoría para Instagram

Como sabes, me ciño al plan de copiar todas las ideas que me dan los demás. Como los títulos de las novelas. Que una es creativa, pero también debe de estar abierta a sugerencias.

En el caso de Instagram es una cosa que me suelen pedir mucho, sobre todo en formato grabado, pero la verdad, hasta que no dé con una fórmula que sepa que funciona incluso sin intervenir yo, no voy a ofrecer el servicio así. Llevo tres años solapando formaciones unas con otras y comprando cursos sobre cosas muy específicas y temas más amplios, y el resultado siempre es el mismo.

Yo quiero que mis alumnas salgan de mis formaciones sabiendo aplicar en sus propias marcas cualquier cosa que aprendan conmigo. Si es email marketing, que sepan cómo aplicar el copywriting en él con confianza, porque les he enseñado bien, porque han tenido tiempo de asumirlo y han solventado conmigo en directo cualquier duda.

No quiero tener productos como los que se venden por ahí, como las plantillas para escribir tus newsletters. Me voy a poner ruda: ¿qué mierda es esa? ¿Rellenar huequitos como si estuvieras poniendo masilla en un muro de fusilamiento? ¿En la era de «tienes que diferenciarte»? Es broma, ¿verdad? ME NIEGO.

Ahora busco lo mismo con la Mentoría para Instagram. Quiero que la escritora que decida hacerlo se implique y quiero implicarme yo con ella. Porque cada una de nosotras somos diferentes, tenemos una manera de trabajar distinta a las demás. Se venden muchos métodos por ahí, pero el éxito está en encontrar el que te funciona a ti, y ese es la motivación detrás de esta mentoría: encontrar la manera de trabajar tu Instagram de una manera que te resulte agradable y factible para lograr constancia por encima de todo lo demás.

Así que si estás interesada en hacer algo así y darle un empujón a tu Instagram aquí estoy, tu community manager de confianza y la más malhablada que conoces.

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