
No quiero ponerme en modo abrazanenúfares, pero a mí el autoconocimiento emocional me cambió la vida.
Acudir a un profesional de la psicología no garantiza el arreglo de todas las taras que llevas de serie. Yo sigo teniendo muchas (casi todas, no nos engañemos), pero la diferencia está en que ahora soy mucho más realista en cuanto a mi forma de ser y las conozco y valoro en su justa medida.
Me explico:
A menudo ocurre que nos sentimos agobiadas porque somos unas drama queens. No hablo de mí, hablo de una amiga, que le pasa. En el caso de esa amiga, sabe que en el mes de enero se le amontonan siempre cantidades ingentes de trabajo. Pues ella en diciembre ya está casi hiperventilando. Cuando los demás ven la silueta de los Reyes Magos venir por el horizonte yo ella ve el logo de Hacienda subido en la joroba de un camello.

El El caso es que ya me conozco. Un psicólogo no evitará que en diciembre me adelante a los acontecimientos y que me agobie, pero sí puede darme herramientas para autoregularme y lograr que me afecte lo menos posible.
Vaaaale, me has pillao. No hablo de una amiga, hablo de mi propia experiencia.
Lo que quiero decir es que, si ya es importante autoconocernos de forma general, se vuelve mucho más urgente cuando quieres dedicarte a escribir.
Se ha dicho por activa y por pasiva: la profesión de escritora es muy solitaria.
Lo es, lo sufro en mis propias carnes. Es un constante dudar de si lo que haces está bien o está mal, pero no hay nadie al lado que te dé su punto de vista, una palmadita en la espalda y te asegure que lo estás haciendo fenomenal. Pero a la vez te encanta lo que haces.
Yo llamo a esta fase el “dissufrimiento”, que es esa sensación de estar sufriendo y disfrutando a la vez algo.
Bea “filósofa” Peidró
¿Qué te permite el autoconocimiento emocional?
- Como ya he comentado, autoregulación. Cuando te conoces y sabes el porqué de tus sentimientos, emociones y reacciones, puedes adelantarte a los saboteos de tu cerebro. Parece magia, pero se consigue con tiempo y trabajo en ti misma.
- Autoestima. Durante mucho tiempo he tenido la creencia de que era una vaga: estudios que empezaba, estudios que dejaba a medias. Hasta que decidí formarme en asuntos que realmente me interesaban. No solo he descubierto que soy una buena estudiante, sino que, además, me gusta una barbaridad tener la nariz metida en nuevas formaciones.
- Comprensión. El trabajo interno puede hacerte llegar a la conclusión de una pregunta para la que no todo el mundo tiene respuesta: ¿qué quiero hacer en mi vida?
Cuando descubres lo que de verdad te motiva, aquello que te hace vibrar, la vida se te pone deliciosamente patas arriba.
Consejillos para potenciar tu autoconocimiento emocional
Lo ideal es que acudas a un profesional. La ayuda externa siempre será más efectiva que luchar tú en soledad contra tus fantasmas internos, pero también hay cositas que puedes hacer por ti misma.
- Haz un pequeño inventario cada noche y apunta cosas por las que te sientas agradecida, las que te hagan sentir satisfecha y las que agradeces. Algunos estudios aseguran que escribir por la noche antes de dormir y pensar en lo positivo que te ha ocurrido durante el día provoca que tu cerebro sea más consciente de tus puntos fuertes.
Existen unos diarios de gratitud destinados a que tengas tu momento de introspección cada mañana y cada noche que lo recomiendo muy fuertemente. - Déjate notitas de amor. A veces se nos olvidan cosas tan reales como que “somos talentosas”, “buenas escritoras”, “buenas personas”. Déjate post-its en sitios donde puedas verlos con mensajes que te recuerden la valía que tienes. Parece una tontería, pero ir a lavarte los dientes y encontrar un “eres suficiente” en el espejo, te alegra un poquito el día.
- Pide a quienes te conocen que te describan. Hace poco le preguntaron a mi hija quién se enfadaba más en casa, si su padre o yo. Estaba convencida de que diría que yo, porque mi sensación es que me paso el día llamándole la atención (es que solo se le ocurren maldades). Mi sorpresa fue cuando dijo “papá”. A menudo tenemos un concepto de nosotras mismas mucho peor que los que nos rodean. Mírate a través de sus ojos.
- Pregúntate “eso qué significa para mí” muchas veces. Si quieres llegar al pensamiento primario de tu malestar, a esa razón real de tu emoción, pregúntante mucho. La conversación iría de la siguiente forma:
“Me ha hecho daño la actitud de tal persona”.
“¿Qué significa para mí que haya tenido esa actitud?”.
“Que no me valora”.
“¿Qué significa para mí el hecho de que no me valore?”.
“Que no soy suficiente”.
Normalmente se llega al pensamiento primario después de muchos “qué significa para mí”, sobre todo las primeras veces, pero descubres que el problema no es lo que la otra persona diga de ti, sino lo que tú crees de ti misma, cómo te hablas.
Conclusión
Trabajar en ti va a permitir que las opiniones externas a las que te vas a exponer cuando publiques tus novelas, textos u obras en general sean secundarias.
Cuando leas comentarios en Amazon hechos con inquina (que no sé qué desayunan algunas personas, pero All-Bran seguro que no) también tendrás en marcha esa voz interna que te dice que tú lo vales, que lo haces lo mejor que puedes y que esas palabras que te han dejado hablan más de la persona que las ha escrito que de ti.
Cuando consigas que las críticas destructivas te resbalen, habrás logrado poner al día tu autoconocimiento emocional. Y créeme, siempre te vas a caer mejor de lo que ya te caías a ti misma.
La vida son dos días: uno lo pasamos hablándonos mal y el otro intentando demostrar a los demás lo buenas que somos.
¿Y si lo hacemos al revés? ¿Y si uno lo pasamos hablándonos bien y así solo nos cuesta medio demostramos a nosotras mismas lo buenas que somos? El otro medio, eliges tú cómo lo quieres gastar.